El café proletario: café en saquitos

café en saquitos argentino (2016)

Otro tipo de café proletario que se puede encontrar  sin mayores dificultades en el cono sur sudamericano, es el llamado café en saquitos. Fácil de encontrar en los supermercados (tanto de grandes cadenas como en los llamados chinos) de Argentina, tiene la misma lógica que el te en bolsita, ya que se deja remojando el agua hasta que toma el suficiente sabor para ser degustado. 

No es una opción recomendada por quien escribe  (ojo, lo tomo, pero no me vuelve loco) dado que en términos de calidad está a medio camino entre un instantáneo y uno de cafetera o filtro. Pero sin duda que el café en saquitos es una excelente forma de poder tomar una taza de café relativamente barato sin necesidad de tener cafetera, en otras palabras puede ser una opción no sólo para la vida cotidiana, sino  que es bastante útil cuando se va de viaje, ya que es  mucho más práctico que los envases de café instantáneo (en Argentina la mayoría de los envases de café instantáneo son de vidrio), ocupando un espacio justo en el equipaje del viajero, pudiendo tomar su buena taza en cualquier momento.

¿Cuanto cuesta una caja de café en saquitos? Tomando en cuenta el desquiciamiento inflacionario en el que se encuentra Argentina, tiene un  precio razonable, sobretodo si un café soluble de medio pelo cuesta más de 4 dólares estadounidenses. Lo puedes encontrar a este café proletario por cerca de un equivalente a 2 dólares en cualquier tienda en Argentina.

El café proletario: café en sobre

Café en sobre

El tomar café no siempre tuvo esa cosa gourmet y de insipida cadena de comidas que tiene hoy en día. Es cierto, antes existían las cafeterías elegantes como las de Viena, o sus versiones sudamericanas, La Colombo en Río de Janeiro o  Las Violetas en Buenos Aires. Pero el que no tenía acceso al café elegante, por lo menos podía (y puede) acceder al llamado café proletario, el llamado café en sobre. ¿Que es el café en sobre?  Es algo popular en lugares como Uruguay o Chile, vendiéndose en supermercados o almacenes de barrio o incluso servido en fuentes de soda o comida al paso, algo muy común en Chile, donde café era hasta no hace mucho sinónimo de Nescafé.

El café en sobre, tal como dice su nombre, consta de un sobre que alcanza para una exigua taza de café (muchas veces con suerte e ingenio), pero cumple con su tarea de tomar algo caliente con sabor a café, ya sea para comenzar la mañana o darse una pausa en la vida cotidiana.  Este sobre de café proletario ha estado por décadas en las mesas, lugares de trabajo o en los viajes de bajo costo de millones, ya sea por su bajo precio o por que es fácil de llevar, no pesa tanto como un paquete o un envase de vidrio, siendo su ventanita cotidiana al mundo (a veces frívolo) del café.

Si andas en Uruguay o Chile, compralo y pruébalo: no te saldrá más de $U 3 o de 70 pesos chilenos. 

Un clásico colombiano a bajo costo: Sello Rojo

El café colombiano es mucho más que Juan Valdez. Un excelente ejemplo de lo anterior es el café Sello Rojo, un verdadero clásico colombiano que fuera de su natal Colombia sólo se encuentra en supermercados o en los portales de venta online, a veces a precios exorbitantes. Pero si el lector se encuentra con esta marca en algún supermercado, tienda de ultramarinos,  no dudes en comprarla, harás una excelente compra.

Con respecto a la textura del mismo, el café Sello Rojo tal vez te pueda recordar a los cafés de Costa Rica como El Rey el cual es más parecido a un polvillo que a los que puedes comprar en Brasil o Argentina, pero lo que marca la diferencia de Sello Rojo con otras marcas, es simplemente el sabor. Es un café con cuerpo, poderoso, que le sientes el aroma apenas abres el paquete o cuando lo preparas en cafetera (italiana, francesa o de tipo estadounidense) e invita a ser degustado con calma y sin prisa, todo lo contrario a esos cafés servidos en vaso. 

En otras palabras, si vas a degustar un café de primera línea sin que esto sea un lujo asiático, una excelente alternativa es probar el café Sello Rojo. 

Precio de referencia: 

Valor envase de 500 grs de Sello Rojo. en Colombia, se encuentra cerca de 6000 COP (algo más de 2 dólares) en tiendas mayoristas  y su valor en Argentina es de unos 200 ARS (13,4 dólares, junio de 2016, Mercadolibre)

Café y computadora: una peligrosa alianza

Hay adicciones peligrosas en estos tiempos y una de estas es la unión entre el café y una computadora. Ya sea para trabajar (o buscarlo), terminar el ensayo de la escuela o universidad, escribir, chusmear o simplemente leer, la unión de la computadora, el café y el tipo o tipa que está tecleando, puede generar una peligrosa alianza que puede crear en ocasiones grandes ideas, pequeños bodríos o desastres varios, como consecuencia del placer del café que ayuda a clarificar o confundir más lo que se está haciendo. Pero más allá del resultado que se logre por esta interacción, sin duda que el café y la computadora son parte integral del paisaje urbano actual, ya sea en Rosario, Buenos Aires, Santiago o Budapest, en cafés de mala muerte, onderos, de intelectuales, cadenas impersonales como lo son los de Starbucks o en la "tranquilidad" de tu casa.

Es por ello que es difícil pensar en la no existencia de este binomio (café + computadora) tan propia de estos tiempos de redes sociales omnipresentes y de virtualización de la vida. Lo único que podemos pensar y desear que el tomar café siga siendo un placer y no un mero accesorio,,,,algo tan propio de estos días donde lo accesorio es lo fundamental y lo medular es totalmente secundario. 

Starbucks o la falsa ilusión del café en vaso

café en vaso (lalegal.cl)

Desde hace algún tiempo, el tomar café se ha convertido en algo masivo, lo cual de por sí no tiene nada de malo. Pero esta democratización del café ha traído sus efectos indeseados: la cartelización de las cafeterías en pocas manos, desapareciendo los café de barrio y tradicionales, siendo el mejor ejemplo de lo anterior Starbucks. La cadena estadounidense ha masificado un estilo de venta de café, el de insípidas cafeterías sin alma, todas iguales, con empleados que ganan miserias y que ni siquiera pueden soñar con propinas (pese a la existencia del tarrito de propinas), ha popularizado el café en vaso, el cual es un signo de estos tiempos: vivir apurado y tomarlo para seguir corriendo por la vida. Quien escribe siempre ha pensado que el tomar café debe de ser un placer, es decir, hay que tomarse su tiempo para disfrutarlo, conversarlo o simplemente pensarlo, no de correr y vivir con el vaso para arriba y abajo.

Más allá que el café más económico (el llamado café del día) de Starbucks sea muchas veces intomable (pese a costar promedio en gran parte de América Latina cerca de 2 dólares), es sin duda, el símbolo de una era que hace que todo sea desechable...el hecho de que tanto para llevar como para tomar en las cafeterías de cadena sea servido mayoritariamente en estos vasos de cartón sin alma (aunque cuando se piden tipos especiales de cafpe, se le coloca el nombre de la persona...todo con darle personalidad a algo mustio) es el reflejo del anticafé, en otras palabras, del sentido de tomar un buen café...

                                ¿Y que piensas del café en vaso o del café del día?